jueves, 20 de noviembre de 2008

EDUCACIÓN DE LOS SENTIMIENTOS Y REVOLUCIÓN MENTAL

Por: Julio Vargas Castaños (*)
La humanidad se encuentra frente a dos acontecimientos que marcan una nueva etapa para las relaciones internacionales. El primero, es la estrepitosa caída libre del poderío casi monárquico e imperial de la economía, del capital financiero y bancario de las bolsas de casi la totalidad de países del orbe. Pero a la vez se observa la reacción solidaria de los congresistas norteamericanos, de los partidos políticos e inclusive de los candidatos rivales que hicieron una tregua a sus vehementes campañas para coadyuvar en el planteamiento de serenidad y calma financiera. A este gesto se unieron los jefes de estado, directorios de las empresas bancarias y financieras, así también los capitalistas y empresarios de EEUU. Al que se unieron grandes capitales de diversos países y continentes, para amortiguar y establecer las bases a fin de reflotar de esta crisis que recién empieza a golpear a los pueblos.
El segundo acontecimiento importante es la reunión del grupo de los 20 más poderosos inversionistas y empresarios que antecede a la Cumbre de APEC. Ambos cónclaves, G20 y APEC, son la oportunidad para que hagamos un análisis de las expectativas que puedan derivarse: La responsabilidad social, los derechos humanos, el hambre mundial y la pobreza extrema, el desarrollo de infraestructura para alcanzar el desarrollo tecnológico industrial con inversiones que no perjudiquen los ecosistemas y la bio-diversidad, la descontaminación de las fuentes de agua (ríos, lagos y mares), y la responsabilidad en el cambio climático mundial cuyos efectos perjudican a toda la humanidad.
Ahora pasemos a revisar cual es el papel de la Educación de los Sentimientos y de la Revolución Mental, para ponernos a la altura de los desafíos de nuestros tiempos. Los buenos sentimientos nos convierten en personas positivas, optimistas, emprendedoras, interactivas, creativas, pro-positivas y solidarias, mirando más allá del horizonte en la búsqueda de la luz, la fe y la esperanza. Un pueblo que educa sus sentimientos forma a sus niños y jóvenes para que tengan estima personal, orgullo de su país, predisposición para la solidaridad y liderazgo para aportar serenidad y mesura frente a los desafíos, como lo hemos comprobado en la conducta asumida por norteamericanos, porque ellos asumen esta crisis no como un derrumbe calamitoso y apocalíptico, sino como una situación superable y pasajera.
Los sentimientos de seguridad y confianza en sus recursos humanos, en su potencial creativo, en su esfuerzo y aporte personal a sostener de pie a su país producen en la mente pensamientos positivos y desencadenan la elaboración y secreción de hormonas como las endorfinas y las serotoninas, que producen serenidad, calma, optimismo, alegría y felicidad. Lo que a su vez refuerza los sentimientos positivos y saludables que provocan más energía y optimismo como una retro alimentación del sistema sentimiento-pensamiento y viceversa.
Quiero resaltar como una manera positiva de expresar sentimientos y pensamientos constructivos y superiores, la conducta asumida por John McCain cuando pese a la amargura de su derrota, saluda y reconoce a Barack Obama como Presidente electo democráticamente y ofrece con humildad su colaboración pidiendo a todos sus partidarios que ayuden a sacar adelante a su nación.
Aquí en nuestro querido Perú, debemos iniciar la gran revolución del pensamiento y de los sentimientos positivos, porque el adversario eres tú mismo y no debes ser autodestructivo, ni permitirte destruir la vida de nadie, porque tenemos el deber de guiar e iluminar nuestra conducta para que sea constructiva, edificando un exitoso presente, que es el ayer del futuro… Todo esto lo lograremos con esfuerzo, constancia y voluntad, mediante la Educación de los Sentimientos y la Revolución Mental de los Pensamientos.
Julio Vargas Castaños
(*) Educador y Agente de Cambio Social.
DNI: 07023604, CPPe: 072914
Email: casvarjul@yahoo.es Tel: 467-4473