sábado, 5 de julio de 2008

MAESTRO, CONSTRUCTOR DE GENERACIONES

Por: Julio Vargas Castaños (*)
En todo el Perú, el 6 de julio de cada año se rinde homenaje al Maestro con discursos, poesías, dedicatorias, pergaminos, aplausos, abrazos…y algunas veces con un brindis.

En las referidas ceremonias, él, sonríe melancólico expresando una mezcla de tristeza y alegría. Como diciendo con su mirada que, después del crepúsculo vuelve el día, que el sol iluminará y tibiará el alma fría, dándonos sus rayos de luz y de esperanza. El Maestro, el gran arquitecto psico-social, el constructor de generaciones, el que nos vende sueños e ilusiones para forjarnos una vida mejor con dignidad, respeto, solidaridad, civismo y amor a DIOS, NUESTROS PADRES Y AL PERÚ. Ese Maestro, en su día, se emociona hasta las lágrimas, estremeciendo su corazón con los recuerdos, anécdotas, dificultades y satisfacciones, luchas y adversidades de pobreza y privaciones, de sueños y desilusiones. Pero jamás desiste de su práctica de viejo orientador, constructor, peón y arquitecto de la vida positiva de muchos niños y jóvenes, dando a cada uno de ellos, un poco de la suya, es decir que, en cada discípulo va dejando un poco de su corazón.

Sí, el Maestro es el que diseña, proyecta y desarrolla la obra más genial e importante, ¿Cuál es ésta? La formación y edificación de la personalidad, la estimulación del desarrollo y el fortalecimiento de la inteligencia y del razonamiento lógico matemático, lingüístico verbal. Actualmente, también orienta y guía el manejo de la inteligencia emocional, mediante la tutoría y el consejo oportuno.

Maestro es el que construye los pilares o columnas afectivas para sostener la maduración emocional y psíquico espiritual de los niños y jóvenes estudiantes. Sumando al piso sostenido de la información cognitiva, mediante metodología, didáctica y procedimientos interactivos, preactivos, analíticos y creativos; Cumple el rol de facilitador, estimulando a los colegiales para que aporten con sus valiosos conocimientos previos y experiencias o vivencias relativas al tema en materia. De esta manera, provoca una lluvia de ideas, las cuales son ordenadas y jerarquizadas para usarlas en la construcción del nuevo conocimiento. El Maestro, es el que pone el techo celestial de las ilusiones, sueños, valores e ideales, que él con mucho amor aviva cada día, como una antorcha que se enciende más, a medida que pasan los años, mientras se extingue su vida, pero; quedarán sus huellas, sueños, esperanzas y…

El Maestro como promotor social es el más auténtico revolucionario y visionario de todas las épocas, porque con su porfiado y renovador entusiasmo, su cálida y perseverante emoción social, impacta, promueve, motiva y dinamiza a toda la población de su comunidad. Con su poder de persuasión y capacidad de convocatoria logra reunir a niños, jóvenes, ancianos, pobres y pudientes, hombres y mujeres para realizar una actividad comunal a favor de su escuela fiscal: Para construirla, reconstruirla o equiparla, formar su biblioteca u organizar el botiquín. Se ha comprobado que el buen profesor vela por la comodidad de sus alumnos, aunque él no tenga siquiera un pupitre. Pero se consuela viendo a sus niños en una banquita o carpeta que el mismo ayudo a construir.

Si Maestro, tú que forjas sentimientos positivos para la formación moral y entregas tu energía para llevar cada ladrillo, calamina, esterita o madera que colocas en los más inhóspitos lugares de nuestro Perú profundo ancho y ajeno, para construir la escuelita, el local comunal o la capilla. Y al hacerlo estas construyendo un poco del futuro de la nación.

¡Que admirable es la paciencia que tienes! ¡Oh! Maestro!, para calar en la mente y espíritu hasta de los más indomables rebeldes y ¡Que perseverante es tu fe! Porque crees que los niños y jóvenes son los depositarios de la cultura, tecnología y ciencia que sacarán adelante a nuestro querido país. ¿Cómo reconocer tu valía, trascendencia y dimensión?, sólo comprendiendo a Cristo, que es el MAESTRO de Maestros, quien dio ejemplo de humildad justicia, amor y comprensión. Porque sigues sus huellas ¡te Admiro!, te respeto y deseo seguir tus pasos.

Pero, el Maestro es de carne y hueso y tiene necesidades muy urgentes que debemos atender, porque su emotividad, idoneidad y equilibrio pueden decaer si no se le retro alimenta con los estímulos de amor y comprensión que él da, pero que muy poco retorna hacia él. Como todo profesional, tiene que capacitarse y actualizarse, tener acceso a bibliografía y tecnología de punta pero, tiene costos prohibitivos para sus míseros sueldos. Sin embargo, él gasta todo su talento, presta sus libros raídos por tanto uso, se desprende de objetos sin egoísmos, da todo de si para que el alumno se haga hombre de bien, quizá profesional o logre ser autoridad de su pueblo, congresista, o quién sabe si presidente. Cuando esto sucede, goza con su obra de arquitecto psico-social, porque su labor fue, es y será siempre hacer más humano al hombre, para que tenga vocación de servicio.

Nos toca a todos los que fuimos discípulos o hechura del Maestro, comprometernos a hacer justicia para que el magisterio tenga el reconocimiento, la compensación socio económica y cultural que por su destino y derecho le corresponde. Para que este compromiso se haga realidad, quiero recordar, a los que creen como yo, que la obra del Maestro seguirá dando frutos aunque él no vea la cosecha, porque “toda hora perdida en la juventud es una probabilidad de desgracia para el porvenir”.

¡FELIZ DIA MAESTRO! Anónimo pero fecundo, sencillo pero sapiente, humilde pero grandilocuente, sigue siendo la fuente de sabiduría y amor.

Julio Vargas Castaños

(*) Educador y Agente de Cambio Social.

DNI: 07023604, CPPe: 072914

Email: casvarjul@yahoo.es Tel: 467-4473

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