lunes, 9 de abril de 2007

Educar para Amar la Paz

Por: Julio Vargas Castaños (*) Cuando vemos cada día la agresión y violencia, no nos queda otra salida más que defendernos ante los ataques o echarnos a correr y buscar un refugio; pero si de verdad se trata de eliminar el problema, tenemos que ponernos a buscar la solución. ¿Cuál será la solución?, ¿qué debemos hacer?, ¿cómo debemos actuar, si queremos la paz? Reflexionemos ahora y asumamos las responsabilidades con decisión y visión de futuro para nuestro país. Y la solución, la tenemos que aportar y desarrollar todos, porque todos somos protagonistas del presente y constructores del futuro, por ello no podemos postergar el cambio personal, familiar, institucional, local, regional y nacional con respecto a nuestra conducta, manifestada mediante el temperamento y el carácter. El temperamento viene con uno, el carácter se forma con la educación proporcionada principalmente en el hogar, la escuela y la comunidad. Pero, en esta tarea tienen un gran rol por su impacto los medios de comunicación, entonces como educador, agente de cambio social y orientador de juventudes, quiero desde esta columna, asumir la parte que me toca, para plantear las reflexiones y actitudes siguientes: · Aprendamos a ser amigos de nuestros hijos. · Escuchemos con atención sus requerimientos, problemas, temores y dificultades, para hacerles sentir que nos importan mucho, que los queremos y que estamos siempre dispuestos a compartir con ellos en todas las circunstancias de la vida. · Seamos confidentes, contémosles nuestros temores. Pero, también los proyectos, sueños e ideales. El esfuerzo y la perseverancia son primordiales para conseguir que se haga realidad lo anhelado. · Digámosles que nada es fácil, que para salir adelante debemos ser perseverantes. · Procuremos ser su luz, cuando ellos estén en las tinieblas. · Asumamos ser los robles que les brindan sombra para protegerlos y cuando seamos viejos, nos volveremos leña para darles fuego, calor y esperanza. · Seamos como el álamo, que es flexible ante la tormenta, pero que al pasar ésta, se mantiene siempre de pie con mucha humildad y sabiduría. · Analicemos los problemas familiares y busquemos las alternativas de solución. Si no hay solución es porque no era un problema. · En cada nuevo día, demos la bienvenida a nuestros hijos con optimismo, emoción, seguridad y alegría. · Una palmadita en el hombro, alienta mucho a los hijos. Pero, si le damos un abrazo los llenamos de amor y de entusiasmo. · Con el ejemplo, eduquemos sus modales, seamos respetuosos y tolerantes con las personas que están alteradas o muy tensas… Así podemos ayudarles a serenarse y evitar la violencia. · Cuando subimos con la familia a la combi, bus o taxi, saludemos a todos con respecto y veremos como nos tratan con amabilidad y consideración. Si, realmente nos decidimos a poner en práctica la construcción de una nueva forma de relacionarnos con los demás de manera positiva y carismática, empecemos por sonreír, porque la risa, relaja más de 4oo músculos y ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, provoca mayor aceptación y posibilita el éxito de gestiones y acciones, produciendo satisfacción y felicidad. Amigos lectores, si logramos tomar conciencia de nuestro rol protagónico en la educación y formación de valores, creo que estaremos dispuestos a empezar el cambio personal y familiar, para poder cambiar positivamente a nuestra sociedad, a fin de neutralizar el pandillaje, los abusos y la violencia. Si no queremos más violencia callejera, pandillaje y barras bravas; si no queremos la violencia subversiva y criminal del terrorismo, si no queremos que regrese la violencia del Estado, si no queremos los abusos al interior de nuestros hogares y escuelas… Entonces, ¡Eduquémonos para Amar la Paz!. Me despido con una hermosa expresión: “No llenes tu corazón con rencor, llénalo con alegría para que crezca el amor”. Hasta la próxima, si Dios, El Poder y ustedes me lo permiten. Julio Vargas Castaños DNI: 07023604 Email: casvarjul@yahoo.es Av. Guardia Peruana 656, Chorrillos. Educador, Agente de Cambio Social, Orientador de la juventud.

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